miércoles, 1 de julio de 2009

Para Iordan, mi paciente en la clínica S. Vicente en 2005

Iordan ha sido paciente mío en la clínica de neurorehabilitación cerebral S. Vicente, a causa de un accidente de tráfico tras el cual quedó en "cautiverio", es decir, en un estado comatoso en el que no podía responder, ni moverse, pero sí sentir. Lo sé porque recuerdo que con la música lloraba.
El primer día que le vi llorar, le escribí una carta que no creo que nunca llegue a leer.

29 diciembre 2005

En tus brazos y detrás de tus ojos, duerme esa alma que no puedo ver ni tocar pero puedo sentir. He imaginado tantas veces cómo será tu sonrisa que me parece haberla visto...en realidad te he imaginado haciendo tantas cosas...en el bar, con tus amigos, bromeando. Te he imaginado estudiando, haciendo pellas, inquieto por la mirada de alguna chica...te imaginé como un ligón, ¿sabes? desde siempre. Tienes ropa de juerguista colgada en el armario. Resulta rechinante verte tan dormido cuando imaginé tantas cosas...
Muchas veces pensé que yo podía hacer algo por traerte. Qué estupidez y que exceso de ...de...jodida vanidad! nadie es dios...y tu alma dormida me confirma una vez más que los dioses son un invento del superhombre. El superHombre es el hombre que se jacta trankilo sin caer en la fragilidad de su vida...somos todos nosotros en multitud de ocasiones.
Eras joven, tenías bonitos ojos, rasgos delicados, manos hermosas. Eras ´frágil, como cualquier máquina humana. Eras tú.
Ahora el alma está dormida, encerrada en esa mákina. Aún kiero creer que, contra todo lo imposible, despertarás algún día. Y me pregunto ¿por qué? ¿De dónde viene este afán mío por traerte al mundo de los vivos?
Me siento morir al pensar que no bebiste suficiente de la copa de la vida pero...¡Ay, niño! no puedo ayudarte.
No puedo ayudarte.
Mis manos son grandes, mis brazos son fuertes, mi mákina es perfecta o por lo menos funciona...
Pero no puedo ayudarte.
Y hoy, ¿sabes? pienso que tiré la toalla antes de tiempo. No lo puedo evitar.
Siento ahora el absurdo deseo de compartir risas contigo en algún lugar imposible donde habiten las almas, en algún sueño.

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